domingo, 11 de octubre de 2009

ANATOMIA DEL AH1N1

En la batalla contra los virus, nuestro cuerpo está en la línea de fuego. En este documental se mostrará el esfuerzo por evitar una pandemia, y cual es la ciencia detrás de la cura. ¿Cuán cerca estámos de la respuesta? ¿Estamos preparados?
Todos estos interrogantes serán develados en este documental producido este año, por Discovery Channel, con una duración aproximada de 43 minutos.




Duración aproximada: 43 minutos.
Codec: Windows Media Video 9
Extensión archivo: WMV
Calidad: TVRip
Idioma: Español Latino, excepto los reportajes a los científicos, que están en idioma inglés con subtítulos en español pegados.

Descarga:

http://rapidshare.com/files/258495036/ADUP.wmv

La peste

La peste a lo largo de la historia se ha erigido como una enfermedad paradigmática en cuanto a su capacidad de diseminación en una determinada población. Aunque, como parece lógico, es difícil de constatar, se estima que a lo largo de la historia han muerto de peste más de 200 millones de personas, convirtiéndose así en la enfermedad infecciosa más letal de todas las conocidas hasta la fecha.

Aunque existen datos que nos llevan a pensar que algunas reseñas históricas pudieran referirse a la peste, la primera referencia al respecto data del siglo VI, siendo conocida como peste de Justiniano. Procopius describe perfectamente sus características clínicas, su origen y su diseminación. El brote se originó en Pelusium, cerca del actual Canal de Suez, desde donde se diseminó hasta Alejandría, para posteriormente alcanzar Constantinopla en el año 542. Este patrón de diseminación es constante en muchas de las enfermedades producidas en aquel momento (Etiopía, Egipto, y bajando por el Nilo, Alejandría y distintas ciudades del litoral mediterráneo), aprovechando para ello el comercio fluvial y de cabotaje existente. Este brote presentó ciclos de mayor y menor letalidad, con fases de entre 8 y 12 años, declinando finalmente hacia el año 700. Tuvo importantes repercusiones sociales, religiosas y políticas.

Desde el siglo VIII al XIV Europa estuvo libre de enfermedades pandémicas, quizá debido a la disminución de la población como consecuencia de las pandemias anteriores. El brote de peste mejor documentado de la historia fue el que se produjo en la mitad del s. XIV, gestándose como un primer intento de guerra biológica. En aquella época la península de Crimea (en la ribera norte del mar Negro) estaba ocupada por distintas tribus de mongoles (tártaros), que mantenían relaciones comerciales con genoveses y venecianos, que a su vez mantenían entre si una dura pugna comercial. En el año 1340 los tártaros, aliados de los venecianos, se enfrentan con los genoveses, que se ven obligados a refugiarse en la ciudad de Kaffa. Entre los tártaros se desata un brote de peste y las bajas producidas son catapultadas al interior de la ciudad. Al levantarse el sitio, los genoveses diseminan la enfermedad por todos los puertos donde recalan. Según distintas cronistas, una buena parte de la tripulación de los barcos yacía ya muerta en cubierta al llegar a Constantinopla. Otras naves continuaron viaje hasta Mesina (Sicilia), donde se les impidió entrar, aunque ello no evitó que buena parte de las ratas abandonaran el barco y diseminaran la enfermedad entre la población local. Desde el sur de Italia, la peste se disemina hacia el norte, penetrando en Suiza, Baviera y los Balcanes. Otras naves continuaron hasta Marsella desde donde penetró la enfermedad por toda Francia, España y Portugal. Era tan grande el número de muertos producidos que el papa Clemente VI, que tenía su silla en Aviñón, consagró el río Ródano para poder echar allí los cadáveres que no podían ser enterrados. En 1348 la peste vehiculada por los barcos atraviesa el canal de la Mancha y llega a Inglaterra, y desde allí al año siguiente a Bergen en Noruega. Toda Escandinavia, Alemania y Polonia fue infectada. De esta manera, la peste retorna a Rusia, de donde había partido, en el año 1351. Curiosamente, no la alcanza por la vía directa del norte, mucho más próxima, sino utilizando para ello las rutas marítimas de intercambio comercial (Mediterráneo, Atlántico y mar Báltico) tras una gran vuelta. El desarrollo de la enfermedad inspira a algunos autores (Bocaccio, cuyo padre murió apestado, que, además de describir la enfermedad, escribe “El Decamerón”). La peste también se diseminó hacia el sur utilizando para ello no ya las rutas marítimas, sino las muy transitadas rutas caravaneras de las especias y la seda. Así alcanza Mesopotamia, Próximo Oriente y Egipto. Se calcula que entre un tercio y la mitad de la población europea murió a consecuencia de dicha enfermedad. Esta pandemia tuvo repercusiones sociales (desaparición del feudalismo), religiosas (el hombre se reafirma frente al Dios omnipotente), artísticas (renacimiento) y sanitarias (desarrollo de la medicina racional).

La tercera gran pandemia de peste se originó en China en 1855 y desde allí se diseminó por todo el mundo. Solamente en la India ocasionó más de un millón de muertos al año (12,5 millones desde 1898 a 1918).

A partir de este momento se produce una disminución importante en la incidencia y gravedad de la enfermedad (mejor higiene, aumento en la inmunidad de las ratas y humanos, desarrollo de los antibióticos, etc.). A pesar de ello siguen existiendo focos enzoóticos en todos los continentes, a excepción de Australia.

Influenza - Virus AH1N1

¿Qué tipo de virus es?

Se trata de un patógeno del tipo H1N1, pero nunca antes detectado: tiene componentes porcinos, aviares y humanos.

¿Cómo se contagia?

Se contagia de humano a humano por las vías aéreas, como la gripe estacional, no sólo por contacto con cerdos.

¿A quién afecta?

A diferencia de otras gripes, más grave en niños y ancianos, la AH1N1 también afecta a adultos sanos.

¿Cuándo se manifiesta?

El período de incubación del virus es de alrededor de cuatro o cinco días, y se manifiesta con síntomas parecidos a los de la gripe.

¿Qué síntomas tiene?

Fiebre por encima de los 39 grados, tos, dolor de cabeza, dolor muscular, falta de apetito y náuseas y congestión nasal.

¿Se puede viajar?

Los viajeros a zonas afectadas deben tomar medidas: extremar la higiene, usar pañuelos desechables, evitar tocarse boca, ojos y nariz y vigilar su salud después del viaje.

¿Tiene cura?

Hasta ahora, el antigripal Tamiflu (oseltamivir) ha sido efectivo para prevenirlo y combatirlo. Otros fármacos son ineficaces, por lo que hay riesgo de que también desarrolle resistencia a éste.

La gripe AH1N1, un nuevo virus híbrido de alta patogenicidad.

El actual brote de gripe AH1N1 parece ser un virus "híbrido" que tiene componentes porcino, humano y aviar, por lo que puede reunir la alta patogenicidad del aviar y la facilidad del humano para transmitirse de persona a persona.

Además, se trata de un virus nuevo, por lo que no se sabe cómo puede comportarse, según los científicos. La gripe AH1N1 es una enfermedad respiratoria que afecta a los cerdos, causada por el virus de la gripe tipo A, que provoca con frecuencia brotes de gripe entre estos animales, fundamentalmente en otoño e invierno.

Su morbilidad suele ser alta y su mortalidad baja (1-4%).

Según explica la Organización Mundial de la Salud (OMS) en su página web, los virus de la gripe AH1N1 (o influenza AH1N1) más comunes son del subtipo H1N1, aunque también hay otros subtipos como son H1N2, H3N1, H3N2.

Por lo general, los virus de la gripe AH1N1 no infectan a los humanos, aunque ocasionalmente se ha informado de brotes en personas en contacto directo con cerdos. Hay también algunos casos documentados de transmisión entre personas. Por ejemplo, en 1988, un brote de gripe AH1N1 en cerdos en Wisconsin (Nueva Jersey, Estados Unidos) causó múltiples infecciones en seres humanos y se pudo comprobar la transmisión del virus de un paciente a personal de atención médica.

Sin embargo, al igual que todos los virus de la gripe, los virus de la influenza AH1N1 cambian de manera constante. Se da la circunstancia, además, de que los cerdos pueden infectarse no sólo por los virus de influenza AH1N1, sino también por los de la influenza aviar y humana, lo que hace posible que esos virus puedan coincidir e intercambiar genes, originando nuevos virus.

Los síntomas de la gripe AH1N1 en las personas son similares a los de la gripe común -fiebre alta, tos, dolor de cabeza, músculos y articulaciones, irritación de ojos y flujo nasal, además de vómitos y diarrea-, aunque la asociación con una neumonía puede causar la muerte. El período de incubación estimado es de diez días, y para su diagnóstico se debe recoger una muestra obtenida del aparato respiratorio entre los primeros 4 a 5 días de infección.

El contagio de una persona a otra se produce de igual forma que la gripe estacional, principalmente cuando una de ellas tose o estornuda. La OMS descarta, sin embargo, que pueda contraerse por comer carne de cerdo o sus derivados, e insiste en que no hay riesgo si dichos alimentos han sido manipulados y cocinados de manera adecuada.

De hecho, según indica la OMS, si se cocina la carne de cerdo a una temperatura interna de aproximadamente 71° C, se eliminan no sólo los virus de la gripe AH1N1, sino también otras bacterias y virus.

Existen vacunas que se administran a los cerdos para la prevención de la gripe AH1N1, pero no hay una vacuna para proteger a las personas contra dicha enfermedad, ni tampoco se sabe aún si la vacunación con las cepas actuales de la gripe ofrece alguna clase de protección.

Para prevenir y tratar la enfermedad se dispone de cuatro antivirales: amantadina, rimantadina, oseltamivir y zanamivir, aunque sólo dos de ellos (oseltamivir y zanamivir) parecen haber tenido éxito con la nueva cepa del virus. La OMS tiene almacenadas 5 millones de dosis de Tamiflú (oseltamivir), el medicamento empleado contra la gripe aviar y al que también es sensible la gripe AH1N1.

Según la OMS es posible que muchas personas, especialmente aquellas que no tienen contacto regular con cerdos, no tengan inmunidad que los proteja contra la infección por virus de influenza de origen porcino, de forma que si un virus de origen porcino consigue establecer una transmisión eficiente de persona a persona, podría causar una pandemia (epidemia mundial).

Por el momento, la OMS no ha recomendado que se restrinjan los viajes a las zonas afectadas. No obstante, en España el Ministerio de Exteriores ha recomendado no viajar a México, salvo en caso de necesidad. El Ministerio de Sanidad español también ha recordado a los viajeros que se dirijan a las zonas de riesgo que deben seguir una serie de medidas de prevención.

Éstas son extremar el cuidado de su higiene personal lavándose frecuentemente las manos con agua y jabón; cubrirse la nariz y boca al toser o estornudar con un pañuelo, y desechar éstos en una bolsa de plástico.

También aconseja evitar tocarse los ojos, la nariz o la boca. Las personas que viajen de México a España deben prestar mucha atención a su salud durante los diez días posteriores al regreso y en caso de aparecer fiebre, tos o dificultad respiratoria, contactar inmediatamente con los servicios sanitarios.

En México han sido hospitalizadas más de 1.600 personas por posible contagio de gripe AH1N1 y el Gobierno ha cifrado en 103 el número de muertes sospechosas de haber sido causadas por el brote que afecta al país.